Baranoa prohíbe la pólvora: sanciones a padres de familia por uso de fuegos artificiales

En el municipio de Baranoa, la administración local ha dado un paso contundente para reforzar la seguridad y proteger a los menores durante las celebraciones de Navidad y fin de año. El alcalde Edison Palma firmó un decreto que prohíbe la comercialización, almacenamiento, distribución y el uso de la pólvora en todo el municipio. Esta normativa también introduce sanciones severas para los padres cuyos hijos sean sorprendidos utilizando elementos pirotécnicos.

La medida, que se implementará con el respaldo de las autoridades de Policía, el Instituto de Bienestar Familiar (ICBF) y otras entidades de control, tiene como objetivo garantizar la protección de la integridad de los menores, así como evitar accidentes y daños tanto a nivel personal como ambiental. En este sentido, el decreto no solo impone multas económicas, sino que también contempla la pérdida de la custodia de los niños involucrados en el uso de pólvora.

Con esta iniciativa, Baranoa se posiciona como un referente en seguridad, ya que ha logrado, en los últimos cuatro años, mantener un récord de cero quemados durante las festividades de fin de año. Este esfuerzo conjunto entre las autoridades locales y la comunidad busca sensibilizar a los ciudadanos sobre los peligros asociados a los fuegos artificiales y fortalecer el compromiso con el bienestar infantil.

La preocupación por los efectos negativos de la pólvora ha crecido en Colombia, donde cada año se reportan numerosos casos de quemaduras y lesiones a causa de los fuegos artificiales. Además, la contaminación ambiental generada por estos productos ha sido otro de los factores clave que motivaron esta drástica decisión.

Con el compromiso de proteger tanto a las personas como al medio ambiente, el alcalde Edison Palma y las autoridades locales continúan trabajando en la prevención de accidentes y en la promoción de una celebración más segura y responsable. Baranoa se mantiene firme en su propósito de garantizar que sus fiestas sean recordadas por su ambiente de convivencia y no por los riesgos inherentes al uso de la pólvora.